La Historia de Kanisha

Sin Planned Parenthood, no hubiese podido costear mis anticonceptivos, los cuales necesitaba por razones médicas. Me sentí muy agradecida de encontrar un adulto que validó lo que pasaba en mi vida y que me trató con respeto.

Estaba muy nerviosa la primera vez que fui a Planned Parenthood con un turno médico. Tenía 16 años y el único médico al que había visitado hasta ese momento había sido mi pediatra -pero esta vez necesitaba de un proveedor de salud reproductiva para contarle sobre mis períodos inusualmente dolorosos, abundantes y largos. Eran de tal severidad que hasta me desmayaba en la escuela.

Todos en Planned Parenthood fueron de gran ayuda y expertos en lo suyo. No hubo ningún tipo de prejuicios. Estaba agradecida de encontrar un adulto que me escuchase y valide lo que me estaba sucediendo y que me tratase con respeto.

Para controlar mis períodos, el proveedor de Planned Parenthood me recomendó una pastilla anticonceptiva. Pero tuve efectos secundarios, por lo cual luego me recomendaron la inyección Depo-Provera. Una vez más, experimenté efectos colaterales. Por lo tanto, cuando me enteré sobre el DIU a los 18 años, pregunté si era una opción para mí -y me alegró tanto que así fuera.

Desafortunadamente, mi seguro médico no cubría el DIU, y esto fue antes de que el beneficio no copago para anticonceptivos de la Ley de Cuidados Asequibles estuviese disponible. Pero Planned Parenthood me ofreció atención médica asequible -así como lo hace para millones de otras mujeres cada año. Planned Parenthood brindó servicios anticonceptivos e información a más de dos millones de pacientes el año pasado y proveyó paquetes de anticonceptivos de emergencia a unos 1,5 millones de pacientes más.

No hubiese podido pagar mis anticonceptivos, los cuales eran necesarios por razones médicas, sin Planned Parenthood. Es por eso que es tan importante el poder obtener anticonceptivos sin copago -de esta manera las mujeres no enfrentan otra barrera más en el acceso a los cuidados que necesitan.