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El trabajo más importante que tienes es ayudar a mantener a tu niño/a seguro. Aquí explicamos cómo hablar sobre seguridad en línea, bullying y abuso.

¿Qué debo tener en cuenta?

Al empezar la primaria y sumarse a actividades y clubs fuera de la escuela, tus hijos están adquiriendo experiencias formativas y conociendo nuevas personas a la par. Tu guía, apoyo y la demarcación de límites lo/a ayudará a poder navegar estos nuevos ambientes y mantener su seguridad.

No todos los padres establecerán los mismos límites. Decide a qué edad te parece apropiado que tu hijo/a tenga un teléfono celular o tablet propia, y cuánto tiempo pueden usarlo al día. Si tu hijo/a pasa tiempo en las casas de amigos con reglas diferentes, habla con él/ella sobre cuáles son tus expectativas. Conoce a los padres de los amigos de tus hijos y asegúrate que estén de acuerdo sobre cómo mantener la seguridad de tus hijos.

Mantente involucrado/a y disponible para conversar. Habla con frecuencia con tu hijo/a sobre qué ocurre en su vida y escúchalo con atención. Observa su comportamiento y está atento a los cambios. Que sepan que siempre puede recurrir a tí con las inquietudes y problemas que pueda tener.

¿Cómo hablo con mis hijos sobre la seguridad en internet?

Hay varias maneras diferentes de mantener la seguridad de tu hijo mientras navega en línea. La primera es estar atento a lo que hacen. Puedes hacer esto al permitir el uso de computadores, tablets y teléfonos solo en espacios de uso común. También puedes utilizar software de control parental y aplicaciones que limitan los tipos de sitios web a los que pueden acceder, incluyendo los tipos de palabras, fotos y videos que aparecen.

Es algo un poco más complejo que solamente evitar que tu hijo/a acceda a contenidos inapropiados. Es posible que accidentalmente se encuentren con contenidos pornográficos o sexuales, o que sus amigos compartan contenido sexual. Puedes decirles que estos contenidos son para adultos, nunca para niños/as. Y que pueden hacer preguntas si ven algo en internet que los confunde o les incomoda.

Habla con tu hijo/a sobre los posibles peligros de establecer contacto con extraños en línea. Tal vez prefieras pedirle que pida tu permiso antes de hablar con cualquier persona en línea. Muchos padres les dicen a sus hijos que no pueden hablar con ninguna persona que no conozcan ya en el mundo real. A medida que tu hijo/a crece, pueden decidir juntos si las reglas deben cambiar.

Algunas reglas básicas para lograr una seguridad virtual:

  • No compartir información personal (por ejemplo, dirección o teléfono).

  • Nunca enviar fotos propias a otras personas en línea sin el permiso de los padres.

  • Recuerda que todo lo que dices y subes a internet o en las aplicaciones puede ser visto por todos, en cualquier lugar (sin importar el tipo de herramientas de privacidad que utilices).

¿Te preocupa que tu hijo/a sepa más que tú sobre nuevas tecnologías, aplicaciones o redes sociales? Haz que te muestren cómo funcionan. Esto ayudará a que te asegures si son apropiadas para tu hijo/a y puede ser divertido para ellos enseñarte algo a tí para variar.

¿Cómo hablo con mis hijos sobre bullying?

Los niños/as en escuela primaria son capaces de sentir empatía y entender que existen consecuencias a sus acciones, pero necesitan ser guiados para hacer lo correcto. Así que habla con tu hijo/a sobre bullying (acoso/intimidación/agresión): qué es, por qué está mal y qué hacer si sucede.

Ayuda a que comprenda que el bullying causa daño. Hay personajes de tipo bully (persona que acosa/intimida o agravia a otro) en varios libros para niños, en la televisión y películas. Puedes recurrir a estas historias para comenzar una conversación al respecto.

Puedes decir lo siguiente:

  • “Lo que ese personaje hace se llama bullying. ¿Alguna vez alguien te ha tratado así?, ¿Cómo te hizo sentir?”

  • “¿Qué harías si tú vieses este tipo de bullying en tu escuela?”

Incentívalos para que busquen la asistencia de otros adultos, como maestros o consejeros, y a defender a los niños a los que se les hace bullying en vez de unirse a las burlas o no hacer nada. Aquí sugerimos algunas acciones que tu hijo/a puede tomar si ven a alguien siendo víctima de bullying:

  • Cuéntalo a un adulto

  • Si es seguro para tí, dile a la persona que está haciendo bullying que lo que hacen no está bien y que se detengan

  • Crea una distracción

En el hogar, tú puedes fomentar comportamientos para evitar que tu hijo se convierta en un bully.

  • Sé un buen modelo a seguir. Identifica y detén todo comportamiento de bullying en el que puedas estar participando.

Si tu hijo/a está siendo intimidado/acosado por otro(s):

  • Dales amor y apoyo. Escúchalos, consuélalos y diles que no es su culpa.

  • Dales herramientas para que puedan manejar la situación. Pueden ignorarlo, pedirle al bully (al que lo acosa o agrede) que detenga su comportamiento, o tratar de mantenerse unido a un grupo.

  • Involucra a la escuela. Usualmente es más seguro y efectivo trabajar junto a la escuela en vez de contactar a los padres del acosador de forma directa. Ten tus notas listas (por ejemplo, nombres, fechas, quién vio qué, etc.)

¿Cómo ayudo a prevenir un potencial abuso a mi hijo/a?

Como padres, la idea que alguien intencionalmente lastima a nuestro hijo es lo más cercano a una pesadilla. Eso es lo significa el abuso -toda cosa que lastime o tome ventaja sobre un niño/a.

La triste realidad es que un niño puede ser víctima de abuso sexual y no hay una manera 100% segura de protegerse de ello. Pero sí hay maneras de reducir el riesgo y reconocer el abuso tempranamente.

La amplia mayoría de casos de abuso sexual de niños sucede a manos de alguien conocido tanto por los padres como los hijos, en un ambiente recluido, y 1-en-1. Esta persona podría ser un familiar adulto o quien los cuida (niñera, personal de servicio, etc.) o podría ser un niño mayor que ellos o adolescente de tu familia o comunidad.

Es menos importante hablar sobre “quién” es peligroso (como un extraño ofreciendo caramelos) y más importante el concentrarse en qué comportamientos son correctos o incorrectos en lo referente a quiénes pueden tocar su cuerpo. Aquí algunos consejos:

  • Pide que tu hijo/a te cuente enseguida si alguien lo lastima o si algo lo hace sentir incómodo. Sé específico y dile “Debes contarme enseguida si alguien te incomoda y especialmente si te pide que te quites tu ropa, te besa o toca de manera indeseada o que hace que te sientas incómodo”.

  • Sé claro sobre quiénes son las personas permitidas para ver y tocar su cuerpo. Solo tú (y la persona con la que co-maternas o co-paternas) puede ver o tocar sus genitales al ayudarle con el baño o al vestirse, y su médico cuando se trata de un tema de salud (y solo con el permiso del padre/madre/tutor).

  • Diles que nunca estarán en problemas contigo por contarte qué pasa. Los abusadores sexuales de niños utilizan la manipulación y las amenazas para mantener el abuso en secreto. Asegúrate que tu hijo/a sepa que cualquier toqueteo que les pidan que mantengan en secreto no está bien, y que deben acudir a tí enseguida para su protección. Asegúrale que no estará en problemas si te cuenta.

Es importante que sepas dónde se encuentra tu hijo/a en todo momento y quién está cerca de él/ella. Tómate el tiempo para hacer las averiguaciones pertinentes en lo referente a los cuidadores (niñeras, guarderías, proveedores de salud, y tutores). Conoce a los padres de los amigos de tus hijos. Mantén la disponibilidad para hablar con ellos sobre su día, escúchalos y demuestra que confías en ellos.

Lee más en RAINN (the Rape, Abuse, and Incest National Network) sobre prevención del abuso sexual infantil.

¿Qué hacer si mi hijo/a ha sido abusado/a?

Enterarse que alguien abusó de tu hijo/a puede poner tu mundo patas arriba. Puedes sentir un enojo profundo, miedo, o un sentimiento abrumador de culpa. Debes saber que hay ayuda disponible y que con el tiempo, las cosas estarán mejor para ambos.

Enterarse
Puede que te enteres por algo que tu hijo/a te lo dice, o por las señales de advertencia de abuso como lesiones sin explicación, cambios en comportamiento, volverse retraído o enojarse, pesadillas, mojar la cama, o síntomas de depresión o estrés post-traumático.

Si no ves ninguna de estas señales y sin embargo tu instinto te dice que algo no anda bien, escucha ese sentimiento.

Siéntate con tu hijo/a en algún lugar tranquilo y privado y dale toda tu atención. Escucha, haz preguntas abiertas y confía en lo que te diga -a pesar de que suene algo loco o si involucra a una persona que tú conoces y quieres. Recuerda, muchos abusadores son conocidos de la familia. Recuérdale que lo amas sin importar qué pase, que te alivia que te lo haya contado y que a pesar de estar enojada, ellos no están en problemas. El abuso nunca es culpa de la víctima (aún cuando piensen que es consensual o dentro de una relación de pareja), y tu hijo/a necesita que se lo recuerdes.

Encuentra ayuda
Busca ayuda una vez que hayas hablado con tu hijo/a sobre lo que sucede. Le debes a tu hijo/a y a los otros niños de tu comunidad el mantenerlos seguros contra el abuso. En muchos lugares la ley requiere que tú reportes el abuso.

Encuentra asistencia en la policía, servicios de protección al menor, o un centro de defensoría de la niñez en cuanto te sea posible. La Rape Abuse and Incest National Network (Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto) o la Childhelp National Abuse Hotline (Línea de Emergencia Nacional para la Ayuda de la Niñez) son buenos lugares donde empezar; pueden ayudarte a dilucidar cuáles serán los pasos a seguir.

La vida luego del abuso
El proceso de sanación luego de un abuso puede ser un camino largo y difícil. Tu pequeño/a necesita que lo apoyes, protejas y alientes. Asegúrate que tu niño/a sepa que lo sucedido NO fue su culpa -nadie merece el abuso, no importa qué. Dile todos los días que le amas. Todos los niños necesitan escuchar esas palabras, pero en especial aquellos que han sido abusados.

El abuso de los niños -sea sexual, emocional, físico o psicológico- cambia la vida de las personas, de las familias y de las comunidades para siempre. Esto puede significar cortar relaciones con alguien cercano a tí y a tu familia, o hasta con alguien dentro de tu propio núcleo familiar, lo cual puede resultar casi imposible. Todo esto es abrumador, de manera que es importante conseguir apoyo para tí también. Busca el apoyo de tus seres queridos, así como el de un consejero, terapeuta o grupo de apoyo si puedes. Buscar ayuda para tí puede ayudarte a concentrarte en ser el/la defensor/a #1 de tu hijo/a durante este tiempo tan difícil.

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