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Los niños sienten curiosidad por los cuerpos, los suyos y los de otras personas. Darles la información correcta les ayuda a entenderse, apreciarse, respetarse y respetar a otros. 

¿Qué debo tener en cuenta?

Tu hijo/a sentirá mucha curiosidad acerca de los cuerpos a esta edad. Ya es lo suficientemente mayor para empezar a conocer los nombres de las partes del cuerpo y sus funciones. Cuando tu hijo/a comience la escuela primaria, tú puedes ayudarle a comprender qué es lo apropiado en cuanto a vestirse, cómo mantener su higiene y su salud, y cómo respetar a personas que son diferentes a él/ella. A medida que se acerque a la pubertad, puedes empezar una conversación sobre los cambios que se vienen de manera que no lo sorprendan o atemoricen.

Reflexiona sobre tus valores en lo que respecta al cuerpo así podrás reforzar esos valores con tu hijo/a. ¿Qué reglas implementas en tu casa respecto a la desnudez y privacidad? ¿Qué significa la higiene para tí? ¿Qué tipo de imagen corporal y autoestima te gustaría que tenga tu hijo/a? Te ayudará a estar mejor preparado si piensas en estas respuestas con anticipación y te pones de acuerdo con la persona con quien compartes la crianza o con quienes cuidan del niño/a. Nunca sabrás qué preguntas van a hacerte en dado momento, por lo que tener claridad sobre tus propios valores te ayudará a responderlas de manera calmada y seriedad.  

Prepárate para conversar, responder preguntas y modelar comportamientos positivos. Todos los niños/as sienten curiosidad sobre los cuerpos, pero algunos son tímidos o no saben que está bien preguntar sobre ellos. Es por eso que es una buena idea que tú generes esta conversación. La clave es encontrar momentos de enseñanza -como por ejemplo, se avecina el primer día de clases, una pregunta sobre una parte del cuerpo, o ideales irreales que aparecen en los dibujos animados o personajes de la vida real en películas o televisión.

¿Cómo hablo con mi hijo/a sobre su cuerpo?

Los niños/as se dan cuenta de cómo los adultos actúan cuando hablan sobre sus cuerpos o la sexualidad. Si ellos reciben una fuerte reacción al decir una palabra determinada (cuando pueden no saber lo que significa) o cuando los adultos rehúsan a responder sus preguntas sobre el sexo, todo esto envía el mensaje que “de eso no se habla”, especialmente contigo o con otros adultos de confianza. En cambio, pueden dirigir las preguntas a sus amigos, quienes no podrán responderlas tan bien como lo harías tú. De manera que es importante que sepan que pueden preguntar lo que necesiten y que no estarán en problemas, y de esa manera tú te aseguras que reciben la información correcta.

Es bueno que los niños/as sepan los nombres y funciones de todas las partes del cuerpo correctamente, incluyendo sus genitales. Si utilizas la palabra real (como lo son vulva o vagina) en vez de una palabra clave (como “partes privadas, o algo tiernito como “pi-pi” o “chi-chi”), estarás dando el mensaje de que no hay nada malo, diferente o raro en lo que se refiere a estas partes del cuerpo. ¿No estás seguro cuáles son los nombres correctos? O ¿para qué sirve cada parte del cuerpo? Ponte al día con la anatomía.

No tienes porqué hacerlo solo/a: Puedes darle a tu hijo/a libros para su edad y que los exploren a su tiempo y manera. Hazles saber que siempre pueden acudir a tí con sus preguntas. Hecha un vistazo a estos recursos.

Hay que prepararse para responder preguntas sobre, por ejemplo, por qué algunos tienen vulva y otros pene, por qué mamá o papá tienen vello en lugares que ellos no, o cuándo empezará a crecerles el pene o los senos.

La pubertad no comienza hasta el final de la escuela primaria (por temprano), pero es una buena idea empezar a conversar sobre los temas básicos con anticipación. De esta manera, estarán preparados cuando las cosas empiecen a cambiar y no se sentirán atemorizados ni confundidos.

La escuela primaria es una buena etapa para hablar y modelar hábitos y actitudes saludables. Habla con ellos sobre la importancia de comer bien, mantenerse activos y de una buena higiene personal (como cepillarse los dientes y bañarse). Puede ayudar el usar diferentes estrategias, como cepillarse los dientes a la par de ellos, o pedir su ayuda para cocinar. Lo importante es ser consistente con tus expectativas y reglas sobre mantenerse saludables y limpios y así aprenderán a cuidar sus propios cuerpos.

¿Cómo hablo sobre privacidad corporal con mi hijo/a?

Existen diferentes familias con diferentes valores en lo que se refiere a la desnudez y privacidad. Ayuda a que tu hijo/a entienda la necesidad de respetar a otras personas, de manera que si alguien viene de visita o están en público, deben estar vestidos. Hazles saber que necesitan respetar las reglas establecidas sobre este punto cuando visitan la casa de un amigo.

Cuando les pides que se vistan, trata que no parezca que deben avergonzarse de sus cuerpos. Por otro lado sé claro sobre cuáles son las reglas. Puedes decirles “Tus primos vendrán de visita, y cuando viene alguien de visita todos estamos vestidos”.

Asegúrate que sepan que su cuerpo les pertenece a ellos y a nadie más. Nunca es apropiado que alguien los presione para mostrar el cuerpo si ellos no quieren. La única persona que puede decirles qué hacer con sus cuerpos (por motivos de salud o seguridad) eres tú, los cuidadores que tu asignes, y un médico en su consultorio mientras los acompañas. Aprende más sobre cómo hablar sobre límites y seguridad personal.

¿Cómo ayudo a construir la imagen corporal de mi hijo/a?

En general, los niños de escuela primaria tienen menos reservas sobre cómo ven sus cuerpos que los niños mayores. Sin embargo, todas las personas de todas las edades son inundadas con imágenes de tipos de cuerpos “ideales” de la televisión, películas y publicidades.

Tal vez tengan preguntas sobre por qué son bajos en vez de altos, por qué tienen ojos marrones en vez de azules, o por qué su compañero en la escuela está en silla de ruedas. O tal vez, los escucharás hablar sobre cómo no les gusta la manera de verse de otra persona, o que quisieran cambiar algo en ellos mismos.

Puedes ayudar a que tu hijo/a entienda que todos los cuerpos son diferentes, y que no existe lo “normal” o “perfecto”. Esto lo puede ayudar a empezar la escuela intermedia con una mentalidad saludable sobre su cuerpo.

Aquí sugerimos algunas maneras de fomentar una imagen corporal saludable:

  • NO compares cómo se ve tu hijo/a con nadie más, aún si tratas de hacerlo como un cumplido.

  • NO te quejes de cómo luces tú delante de él/ella.

  • regala un cumplido sobre cómo ellos se ven...Pero asegúrate que no es lo único que alabas.

  • enfócate en su salud, fortalezas y habilidades en vez de qué tan atractivos son. 

  • recuérdale que la mayoría de las fotos y videos donde aparecen modelos o celebridades (y hasta personajes de dibujos animados) están fuertemente editados y no son reales ni realistas.

  • fomenta el orgullo por su identidad étnica o racial, identidad de género, lo que su cuerpo es capaz de hacer, etc. y busca oportunidades para celebrar su comunidad con ellos.

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