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¿Qué debo enseñarle a mi preadolescente en la escuela intermedia sobre sexo y sexualidad?

Pensar en el sexo es una parte natural de la pubertad. Hablar con tus hijos los ayuda a sortear estos nuevos sentimientos de manera saludable y así saber que pueden acudir a ti con sus preguntas.

¿Qué debo tener en cuenta?

Es importante que compartas tus valores y creencias sobre el sexo. A medida que transitan la pubertad, es normal que ellos tengan más sentimientos y pensamientos sexuales. Al aceptar y hablar con ellos sobre estos sentimientos, puede que se sientan más cómodos y dispuestos a tomar mejores decisiones sobre dilatar el tener sexo hasta estar listos.

Hablar con tus hijos realmente hace la diferencia en cuanto a sus elecciones a medida que crecen. Será mucho más fácil enviar un mensaje claro si dedicas hoy un poco de tiempo a pensar sobre tus valores personales y lo que te gustaría para tu preadolescente cuando sea mayor. Si tienes en claro lo que deseas para él/ella, ellos tenderán también a adoptar esos deseos y sentimientos.

Lo mejor es sostener muchas pequeñas conversaciones en forma natural, en vez de una mega conversación. No tienes que planear cuidadosamente todas las cosas importantes que dirás en una sola vez. De hecho, es mejor poder conversar sobre la sexualidad a lo largo de toda la vida. Al hacerlo en incrementos, ayudarás a tu preadolescente a no sentirse abrumado o aburrido.

La vida cotidiana presenta muchas oportunidades naturales para hablar sobre la sexualidad, también frecuentemente llamados “momentos de enseñanza”. Puedes utilizar películas, televisión, anuncios publicitarios y las redes sociales como punto de partida para conversar sobre sexo, sexualidad, imagen corporal, relaciones saludables y mucho más. También puedes compartir tus experiencias personales de cuando tenías su edad (cómo fue tu primer enamoramiento o primer beso), y así fomentar las conversaciones y aprender qué está pasando en sus vidas en ese momento.

Es normal que estas conversaciones al principio sean un poco extrañas, pero tus hijos te escuchan y quieren saber las cosas que tú valoras y lo que esperas de ellos. Cuanto más hables ahora, más fácil será conversar sobre lo más complicado a medida que tu preadolescente vaya creciendo.

No se trata solamente de conversar. También es importante cultivar una buena relación con tu preadolescente y mantener los límites. Es importante hablar sobre tus valores y expectativas. También lo es el sostener una relación cercana con tu preadolescente basada en el respeto mutuo.

Los estudios demuestran que las personas jóvenes tienen menos probabilidades de tomar riesgos al tener una relación cercana con una madre/padre. Mantenerte involucrado en su vida, escucharlo y compartir tu vida e intereses con el/ella puede ayudar a construir una mejor relación con tu preadolescente. 

Establecer límites para tu preadolescente también puede ayudarlo a evitar situaciones de riesgo. Aquí te sugerimos algunas cosas para hacer:

  • Asegúrate que tu preadolescente no esté pasando mucho tiempo con otros preadolescentes sin la supervisión de un adulto.

  • Desalienta que tenga amigos muchos mayores que él o ella.

  • Conoce a los amigos de tus hijos y de ser posible, a sus padres.

  • Pregunta siempre dónde van y dónde han estado.

¿Cómo hablo con mi preadolescente sobre el sexo?

Antes de que hablen, piensa en tus valores y lo que gustaría para tus hijos: ¿cuándo te parece correcto que hagan algo sexual, como besar o tocar? ¿Cuánto más tiempo tiene que pasar para que pienses que está bien que consideren tener sexo? ¿Qué objetivos quisieras que cumplan antes de tener sexo (estar involucrados en una relación amorosa, estar preparados con anticonceptivos y condones, cursar algún grado o ya graduados, etc.?) Saber exactamente cuál es tu postura respecto a esto ayudará a que tus mensajes sean claros durante estas conversaciones.

Una de las maneras en las que puedes fomentar la espera a tener sexo hasta estar listos es hablar con ellos sobre sus objetivos y sueños a futuro, y los pasos que planean seguir para lograrlos. Luego plantea como tener que lidiar con un embarazo no planeado o una ETS puede descarrilar esos objetivos y sueños. Hasta puedes mostrarles este pequeño cuestionario (¡o hacerlo juntos!) para que tomen el tiempo de pensarlo.

La edad promedio en la que los adolescentes tienen sexo por primera vez son los 18 años. Así que a pesar de que tu preadolescente probablemente no comenzará a tener sexo hasta dentro muchos años, es importante hablar con ellos sobre la prevención del embarazo y las ETS. Así podrán tomar decisiones responsables al ser sexualmente activos en el futuro. A esta edad puedes comenzar a entregar información más detallada y precisa sobre las ETS y el sexo seguro, sobre embarazo y anticonceptivos, masturbación y otros aspectos de la sexualidad, y deberían saber a qué adulto de confianza recurrir para que responda sus preguntas. Hablar sobre todos estos temas ayudará a que se den cuenta el por qué todavía no están listos para pensar en tener sexo.

¿Cómo hablo con mi preadolescente sobre la masturbación?

La masturbación es muy normal y usual en los preadolescentes. La mayoría de los niños pequeños aprenden muy pronto que tocar sus genitales les provoca placer. A medida que las personas atraviesan la pubertad, la masturbación cobra intencionalidad y se une a los sentimientos sexuales. Todo eso es normal.

Pensar que la masturbación es algo sucio o malo puede causar culpa, vergüenza y miedo, y ser emocionalmente dañino para personas de todas las edades. Es importante que tus hijos sepan que masturbarse es normal y saludable, siempre y cuando lo hagan en privado. Y también que es normal si no quieren masturbarse. Se trata de una opción personal y cualquiera de las dos es normal.

Esta es una buena edad para empezar a tocar la puerta antes de entrar a la habitación de tu preadolescente. Si llegas a entrar y lo encuentras masturbándose, mantén la calma, no quieres que piense que ha hecho algo malo. Puedes decir “Perdóname, debería haber tocado antes de entrar” y decirle que tendrás más cuidado con su privacidad en el futuro.

¿Cómo hablo con mi preadolescente sobre pornografía?

Todos sabemos que la pornografía no es algo apropiado para los preadolescentes. Puede crear confusión o desorganizar sus mentes en desarrollo. Algunos tipos de pornografía son violentos y degradantes, y promueven ideas poco saludables sobre el sexo, las relaciones y el género. Por estas razones y muchas otras más, es una buena idea utilizar la opción de control parental de la televisión, computadores, tabletas y teléfonos. Tanto como te sea posible, pon atención a lo que tu hijo/a ve en línea y los sitios web que visita, y considera poner el computador en un lugar de uso familiar en común. Estas acciones disminuirán la posibilidad de que tu preadolescente se cruce con pornografía donde es más fácil encontrarla, en línea.

Pero la realidad nos muestra que la mayoría de las personas ve imágenes pornográficas o vídeos por primera entre los 8 y 11 años. Muchas veces es por accidente (por ejemplo, al googlear algo inocuo y toparse con sitios para adultos o publicidad). Otras veces, los preadolescentes un poco mayores buscan pornografía porque se enteran por sus amigos o sienten curiosidad por el sexo.

Si te enteras que tu preadolescente ha visto pornografía, trata de no enloquecer ni enojarte. Pregunta cómo la encontraron; ¿fue un accidente? ¿a propósito? ¿alguien se la envió? Pregunta qué piensan respecto a lo que vieron y sé muy claro sobre tus expectativas y valores al respecto.

Puedes responder con términos muy simples si tu hijo/a tiene preguntas sobre la pornografía. Puedes decirles que la pornografía es para adultos y no para niños. A medida que crezcan, puedes hablar sobre cómo el sexo en la pornografía no refleja la vida real, las personas en pantalla están actuando y la representación de cómo el sexo sucede no es muy precisa. Por ejemplo, la pornografía muestra mucha actividad sexual, pero ninguna de las consecuencias del sexo (como las ETS y embarazo) con las cuales las personas se enfrentan en la vida real. También deja fuera lo referido al consentimiento, lo cual es parte esencial de tener sexo en la vida real. Y la mayoría de los cuerpos no se ven como los que se ven en pornografía.

¿Cómo hablo con mi preadolescente sobre las ETS y cómo protegerse?

Aunque la amplia mayoría de preadolescente no son sexualmente activos, sí tienen edad suficiente para aprender a protegerse en el futuro. Enseñarle sobre las ETS y el sexo seguro planta la expectativa que ellos tomarán decisiones responsables cuando llegue el momento. También demuestra que los quieres y que pueden acudir a ti con sus preguntas.

Puedes ayudar a que tu preadolescente se mantenga saludable y hasta puede salvarle la vida, si le presentas los hechos precisos y reales sobre las ETS y cómo protegerse. Ellos deben saber que:

  • Cuando las personas tienen sexo vaginal, anal u oral sin condón o barrera bucal, están en riesgo de contraer una ETS. Los preadolescentes no siempre piensan que el sexo oral cuenta como “sexo”, y no saben que pueden contagiarse de una ETS de esa manera.

  • Las ETS no siempre presentan síntomas. La mayoría de las personas no exhiben síntomas cuando tienen una ETS así que ni siquiera saben que la han contraído. De todas maneras, pueden causar problemas de salud y son contagiosas para otras personas.

  • Un examen de detección de ETS es parte normal de tener una vida sexual activa. Es importante que sepan que algún día, cuando sean sexualmente activos, deberán hablar con su médico o enfermero sobre los exámenes de detección de ETS, además del uso de los condones/barreras bucales.

Otro paso más que puedes dar para que tu hijo/a pueda evitar una ETS muy común (y posiblemente peligrosa) más adelante es darles la vacuna VPH , tanto niñas como niños deben recibirla entre los 11 y los 12 años. Es segura y puede ayudar en la prevención de cáncer de cuello de útero y otros tipos de cáncer a futuro.

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