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La curiosidad natural de los niños/as en edad preescolar crea una oportunidad perfecta para comenzar a conversar y entablar una relación basada en la confianza. No hay mejor recurso que un padre o una madre dispuesto a hablar abiertamente.

¿Qué debo tener en cuenta?

Mantén la conversación simple y concreta. En el caso de niños/as tan pequeños/as, mantén tus respuestas bien básicas. No te estreses demasiado en explicar todos los detalles sobre esperma, óvulos, y sexo de pene-en-vagina -esta conversación seguramente no llegará a ese punto a esta edad. Puede que esto no les interese o que no lleguen a comprender mucho de estos temas a una edad tan temprana. Deja que ellos guíen la conversación con sus propias preguntas. Tú sabes mejor que nadie lo que tu hijo/a puede entender, y sabrás cuando estén aburridos o abrumados.

Esta es la primera de muchas conversaciones y no son muy pequeños para empezar a aprender. Algunos padres no responden a las preguntas de sus hijos porque piensan que son demasiado pequeños para aprender sobre el embarazo y la reproducción. Pero el mero hecho que ellos pregunten demuestra que quieren y necesitan esta información. Dilatar o evitar estas conversaciones no harán que tu hijo/a deje de tener curiosidad. Podría sin embargo enseñarles que no pueden contar contigo para obtener información y apoyo.

Mantener muchas pequeñas conversaciones a medida que tus hijos crecen ayuda a comprender mejor la información, fortalece la relación entre ustedes y contribuye a que puedan tomar decisiones saludables al llegar a la adolescencia y adultez. Así que no te preocupes por darles respuestas perfectas -los mensajes más importantes son transmitir que su curiosidad es bienvenida y que siempre pueden acudir a tí con preguntas o inquietudes sin miedos. Recuerda que también tendrás muchas oportunidad de conversar (y con más detalles) en la medida en que van creciendo.

Piensa con anticipación sobre lo que dirás. Estar preparado puede ayudar a que sientas más confianza y menos ansiedad. Piensa en lo que vas a decirle a tu hijo/a cuando empiece a preguntar de dónde vienen ellos o cómo se hacen los bebés. Háblalo con la(s) persona(s) que maternan o paternan contigo así todos parten de la misma base. También puedes consultar con otros padres o madres o miembros de tu familia y escuchar sus sugerencias.

Otra manera de estar preparado es adquirir algunos libros sobre el cuerpo y dónde viven los bebés acorde a su edad. Puedes leerlos con ellos cuando no estás seguro de cómo explicar algún tema, o ayudar a iniciar la conversación si tu niño/a no ha preguntado nada sobre el tema hasta el momento. Un buen libro con el cual empezar se llama It’s NOT the Stork! (¡NO es la cigüeña!) por Robie Harris.

Recuerda que existen muchas maneras de construir una familia, así que piensa cómo hablarás con ellos sobre esto. Algunas personas tienen sexo para concebir un bebé, algunas personas adoptan, otras usan FIV o subrogación. De manera que es algo útil el que tu hijo/a en edad preescolar sepa que no hay una sola manera de convertirse en padres. Tu niño/a probablemente irá conociendo familias diferentes a la suya (especialmente al empezar la escuela), así que es buena idea estar preparado para hablar sobre ello.

¿Cómo converso con mi hijo/a en edad preescolar sobre de dónde vienen los bebés?

Es usual que los niños pequeños sientan curiosidad sobre cómo llegaron al mundo. Lo más probable es que empiecen esta conversación con sus propias preguntas. Pueden que hayan notado que alguien está embarazada o que el perro de la familia haya tenido cachorros. Tal vez no haya una razón obvia por la cual pregunten. Haz tu mejor esfuerzo para responder honestamente y como una cuestión de hecho sus preguntas. Evitar el tema, o mentirles (“La cigüeña te envió”), o decirles “Tú eres muy pequeño/a para saber eso”, envía el mensaje que su curiosidad es mala y que no confíen en tí con sus preguntas en el futuro.

Los niños pequeños inevitablemente preguntarán una variación de la pregunta “¿De dónde vienen los bebés?” Recuerda: lo simple a esta edad es lo mejor. Una respuesta básica como “Los bebés crecen en la panza de la mamá y luego salen por su vagina” puede que sea suficiente información para ellos.

Si tienen más preguntas sobre cómo los bebés llegan a la panza de la mamá, puedes decirles “la mayoría de las mujeres tienen pequeños huevos en una parte especial de su panza. La mayoría de los hombres tienen pequeñas semillitas, llamadas espermatozoides. A veces, dos adultos tienen sexo juntos y el pene de uno se introduce en la vagina de la otra persona. Un bebé se crea si el espermatozoide y el huevo se juntan. ¿Tienes alguna otra pregunta al respecto? -usualmente a esa edad los niños quedarán satisfechos con explicaciones más simples.

Tal vez también tengan preguntas sobre los genitales o los pezones o mamas, señalando y preguntando “¿Qué es eso?” Si te sientes cómodo, es mejor usar los nombres propios de las partes del cuerpo (pene, testículos, mamas, o vulva/vagina). Esto normaliza estas partes del cuerpo como lo son los codos o dedos de los pies. De esa manera, no sentirán vergüenza ni miedo de hablar sobre sus cuerpos, cómo tratarlos y de lo que son capaces de hacer.

Es normal que los niños/as se entusiasmen con toda esta nueva información que aprendieron y quieran hablar mucho sobre ella. Así que a pesar de que quieres que tu niño/a se sienta cómodo/a hablando de estos temas, también es una buena idea que les enseñes el respeto por los límites de los otros respecto a estas temáticas. Puedes decirles: “Estos temas pueden ser muy privados para algunos adultos. Yo puedo contestar cada pregunta que tengas, pero si alguien te dice que no quiere hablar sobre el tema, no insistas en hablarlo ellos”. Puedes ayudarles a identificar otras personas adultas, seguras y de confianza a su alrededor, como puede ser el otro padre o madre, abuelos u otros miembros de la familia.

¿Cómo hablo sobre la decisión de tener hijos/as?

Aunque todavía falta mucho tiempo para que tu hijo/a decida tener un bebé, eso no quiere decir que no puedas hablar sobre estas decisiones. Para los niños/a es bueno comprender que tener hijos/as y cuándo hacerlo es decisión de cada quien. Así como hay personas que deciden ser padres o madres, hay otras que deciden no hacerlo. En últimas, es una decisión personal y lo que es correcto para una persona puede no serlo para otra . 

Puedes hablar con tus hijos/as sobre cómo y por qué decidiste convertirte en madre o padre, y contarle de otras personas que conozcas que no tengan hijos/as. No se trata de convencerles de elegir tener o no tener hijos/as, más bien de explicarles que hay muchas maneras de vivir y de tener una vida plena cuando eres una persona adulta.

También puedes hablarle sobre como algunas personas pueden quedar embarazadas y decidir que no desean estarlo. Esta decisión debería ser solo de cada persona, y nadie debería tener el poder de intervenir o tomar esa decisión por ellas. 

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