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La idea de Planned Parenthood comenzó en la primera clínica de control de natalidad, en Brownsville, Brooklyn en 1916. Hoy existen casi 600 centros de salud de Planned Parenthood en todo el país, operados por 49 afiliadas locales.

Planned Parenthood es el principal proveedor de servicios de salud asequibles y de alta calidad, y el mayor proveedor de educación sexual del país. Cada año, más de 2 millones de personas cuentan con Planned Parenthood para obtener servicios de salud, innovadores e inclusivos, de parte de sus profesionales de salud expertos.

Margaret Sanger

Planned Parenthood fue creado gracias a una enfermera llamada Margaret Sanger. Sanger creció en una familia irlandesa de 11 hijos en Corning, Nueva York. Su madre, quien tenía una salud delicada debido sus múltiples embarazos y siete abortos espontáneos, murió de tuberculosis a los 50 años. La historia de su madre y su trabajo como enfermera en el Lower East side de Nueva York, inspiraron a Sanger a viajar a Europa para estudiar acerca de los métodos de planificación familiar, en un momento en que en los Estados Unidos era ilegal educar a las personas sobre estos métodos.

 El 16 de octubre de 1916, Sanger, junto con su hermana Ethel Byrne y la activista Fania Mindell, abrió la primera clínica de planificación familiar del país, en Brownsville, Brooklyn. Una gran cantidad de mujeres acudió a la clínica agrupándose a la entrada en una larga fila, en busca de información y consejos sobre métodos de planificación familiar. 

Nueve días después, la policía allanó la clínica y cerró sus puertas. Las tres mujeres fueron acusadas de cometer delitos por haber compartido información sobre métodos de planificación familiar. Sanger se negó a pagar la multa y tuvo que quedarse en la cárcel por 30 días. Allí, aprovechó para educar a las mujeres presas sobre sus opciones de planificación familiar.

Aunque la clínica de Brownsville fue cerrada, Sanger decidió viajar por todo el país compartiendo su visión. Una visión que, sin embargo, tenía puntos ciegos profundamente dañinos. 

Sanger creía en la eugenesia, una ideología inherentemente racista y capacitista que considera a ciertas personas no aptas para tener hijxs. La eugenesia se basa en una teoría que cree que la sociedad puede ser mejorada mediante la reproducción planificada para obtener "rasgos deseables" como la inteligencia y la disposición al trabajo.

A principios del siglo XX, en los Estados Unidos las ideas basadas en la eugenesia eran populares sobretodo entre personas en su mayoría blancas, con un alto nivel educativo y en posiciones de privilegio.  

Margaret Sanger adoptó estas creencias y dejó claro su alineamiento con esta ideología en sus escritos, especialmente en la revista científica Birth Control Review.

Sanger intentó varias veces defender la eugenesia tratando de explicarla y aplicarla sin tomar en cuenta ni la raza ni la religión de las personas. Sin embargo, en una sociedad construida sobre la creencia en la supremacía blanca, las habilidades físicas y mentales siempre son juzgadas según la raza. Por lo tanto, la eugenesia es inherentemente racista.

Desde el comienzo, sus creencias debilitaron su movimiento por la libertad reproductiva y causaron daños profundos a innumerables personas.

Sanger estaba tan convencida de su misión de promover la planificación familiar, que decidió alinearse con ideas y organizaciones capacitistas que creían en la supremacía blanca. En 1926, dio un discurso para las mujeres del Ku Klux Klan (KKK) en una reunión política en Nueva Jersey para promover los métodos de planificación familiar. En 1927, Sanger respaldó la decisión del caso Buck vs. Bell, donde la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó que los estados podían esterilizar por la fuerza y sin su consentimiento a personas consideradas "no aptas" y, en ocasiones, sin su conocimiento. La aceptación de esta decisión por parte de Sanger y otros líderes del momento sentó las bases para que decenas de miles de personas fueran esterilizadas, a menudo en contra de su voluntad.

Como resultado de sus decisiones, en muchos casos el movimiento por los derechos reproductivos contribuyó a profundizar las injusticias raciales del sistema de salud. El campo de la ginecología moderna fue fundado por J. Marion Sims, quien a mediados del siglo XIX realizó, repetidamente y por la fuerza, experimentos invasivos sin anestesia en mujeres negras esclavas.

En 1939, Sanger inició lo que se llamó el Negro Project junto a líderes negros como W.E.B. DuBois, Mary McLeod Bethune y el reverendo Adam Clayton Powell. La misión del Negro Project era hacer que hubiera proveedores de salud negros a cargo de las clínicas de planificación familiar para reducir la desconfianza que existía en un sistema de salud claramente racista.  

Sin embargo, Sanger perdió el control del proyecto y las mujeres negras fueron enviadas con proveedores de salud blancos para planificación familiar y para chequeos, lo que profundizó el racismo y el paternalismo que caracterizaba a los servicios de salud en los estados del sur de los EE.UU. Al día de hoy, los proveedores de servicios de salud desestiman o ignoran con frecuencia las experiencias y el dolor de las mujeres negras, lo que, junto con la deshumanización histórica de la población negra, contribuye a las alarmantes y evitables disparidades en la salud.

Planned Parenthood cree que todas las personas, de cualquier raza, religión, identidad de género, capacidad, estatus inmigratorio y lugar del mundo, son seres humanos plenos con derecho a determinar su propio futuro y a decidir, sin ser coaccionadas ni sometidas a juicios, si quieren tener hijxs y cuándo los quieren tener.

El racismo de Margaret Sanger y su creencia en la eugenesia se oponen completamente a la misión de Planned Parenthood. Planned Parenthood denuncia la creencia de Margaret Sanger en la eugenesia. También, Planned Parenthood se opone a la historia y al legado antinegritud de la ginecología y del movimiento por los derechos reproductivos, y al maltrato que siguen sufriendo en este país las personas negras, indígenas y las que no son blancas. 

Los comienzos 

En 1923, Sanger abrió la Birth Control Clinical Research Bureau en Manhattan para ofrecer dispositivos anticonceptivos a las mujeres y recopilar estadísticas sobre la seguridad y la eficacia a largo plazo de los métodos anticonceptivos. Ese mismo año, Sanger constituyó la American Birth Control League, una nueva y ambiciosa organización que examinaba el impacto global del crecimiento de la población, el desarme y la hambruna. Las dos organizaciones acabaron fusionándose para convertirse en Planned Parenthood® Federation of America, Inc. (PPFA®).

Gracias a los esfuerzos de los defensores de estos métodos, un tribunal dictaminó en 1936 que los métodos de planificación familiar y la información sobre los mismos ya no se clasificarían como obscenos y podrían distribuirse legalmente en Nueva York, Connecticut y Vermont.

 Aunque tomaría otros 30 años para que estos mismos derechos fueran extendidos (solo) a las parejas casadas (pero solo casadas) a lo largo del país, fue un paso histórico para lograr que los métodos de planificación familiar estuvieran al alcance de todas las personas.

El desarrollo de la pastilla anticonceptiva

En 1948, Planned Parenthood le dio una pequeña donación a los biólogos Gregory Pincus, John Rock y M.C. Chang para que investigaran la creación de la pastilla anticonceptiva.

Katharine Dexter McCormick, líder del movimiento sufragista y de la League of Women Voters (liga de mujeres votantes), lideró el proceso de investigación y fue su principal financiadora.

En 1956, en Puerto Rico se realizó el primer ensayo de pastillas anticonceptivas a gran escala en seres humanos. Este paso fue muy importante para el desarrollo de las pastillas anticonceptivas, pero las pruebas que se hicieron en las mujeres puertorriqueñas se realizaron sin consentimiento informado. Alrededor de 1,500 mujeres puertorriqueñas participaron en el ensayo. Solo se les informó que las pastillas prevenían el embarazo  sin mencionar que era un medicamento experimental ni que podía tener efectos secundarios potencialmente peligrosos. Las pastillas utilizadas en el ensayo tenían niveles hormonales 20 veces más altos que las pastillas anticonceptivas que se usan hoy en día.

Tras este y otros ensayos, las pastillas anticonceptivas se fueron perfeccionando hasta que se convirtieron en el método anticonceptivo seguro y eficaz que millones de mujeres usan hoy en día. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la venta de las pastillas anticonceptivas el 9 de mayo de 1960. Cinco años después, una de cada cuatro mujeres casadas menores de 45 años en EE.UU. habían utilizado estas pastillas.

Mientras que la aceptación de los derechos reproductivos en los Estados Unidos fue lenta, la aceptación mundial fue rápida. En Bombay se fundó la International Planned Parenthood Federation (IPPF) en la 3ª conferencia internacional “International Conference on Planned Parenthood”. Margaret Sanger fue su presidenta entre 1952 y 1959. Hoy, Planned Parenthood Federation of America es la asociación de Estados Unidos miembro de la IPPF.

Una nueva era para las mujeres

Las pastillas anticonceptivas pronto cambiarían la vida de las mujeres y familias a lo largo de los EE.UU. y en todo el mundo, por ser una forma fácil, efectiva y reversible de prevenir el embarazo. Pero las pastillas anticonceptivas todavía no estaban disponibles en todo el país. Algunos estados seguían prohibiendo todos los métodos de planificación familiar. 

En 1965, en el histórico caso Griswold vs. Connecticut, la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó que los estados no podían negar la venta de anticonceptivos a las parejas casadas. Esto llevó a que diez estados legalizaran los métodos anticonceptivos.

Siete años después, la Corte Suprema de EE.UU. anuló una ley de Massachusetts que prohibía la distribución de anticonceptivos a personas no casadas en el caso Eisenstadt vs. Baird. Entonces, ya para los comienzos de los años 70, cualquier persona, tanto soltera como casada, podía obtener anticonceptivos de su proveedor de salud.

En 1970, el Título X (disponible solo en inglés) de la Ley de Servicios de Salud Pública se convirtió en ley. Gracias a esto se establecieron fondos públicos para programas de planificación familiar y educación sexual en los Estados Unidos. Esto significó que Planned Parenthood y otras organizaciones de salud sexual y reproductiva podían proveer servicios de planificación familiar y educación sexual a más personas, especialmente en comunidades con bajos ingresos. Hasta el día de hoy, la financiación del Título X sigue siendo fundamental para que más personas accedan a los servicios de salud sexual y reproductiva.

Un movimiento y avances

A principios de la década de 1970, el rol de la mujer en la vida pública empezaba a cambiar y surgió un movimiento a favor del aborto seguro y legal. En muchos estados, los legisladores modificaron las leyes para permitir el aborto en determinados casos. Después de que Nueva York legalizara el aborto en 1970, un centro de salud de Planned Parenthood en Syracuse, NY, fue el primer centro de salud de Planned Parenthood en ofrecer servicios de aborto.

En 1973, la Corte Suprema falló a favor del derecho al aborto en el histórico caso Roe vs Wade, citando el derecho constitucional a la privacidad y reconociendo que: “es lo suficientemente amplio como para incluir la decisión de una mujer de interrumpir o no su embarazo” (Roe v. Wade, 1973). Roe vs. Wade garantizó el derecho al aborto seguro y legal durante los tres primeros meses de embarazo en los 50 estados.

A esto le siguió una época breve pero crucial de expansión del derecho al aborto. Las leyes que exigían el consentimiento de la pareja para abortar y las estrictas normas de consentimiento de los padres para menores de edad que quisieran abortar fueron anuladas en los tribunales, eliminando así los obstáculos perjudiciales para poder abortar.

Sin embargo, en 1976, la Enmienda Hyde prohibió que las personas que tienen su seguro médico a través de Medicaid lo usaran para cubrir los costos del aborto, excepto en unas pocas circunstancias, como en casos de violación, incesto o un embarazo que pusiera en peligro la vida de la persona embarazada. De modo que, aunque el aborto era legal, se estaba volviendo inaccesible para personas con bajos ingresos que necesitaban ayuda económica, o para quienes recibían servicios de salud a través de Medicaid o Medicare.

Tras muchas victorias y contratiempos legales, Planned Parenthood siguió creciendo en su papel de educador  y proveedor de servicios de salud sexual y reproductiva de confianza, estableciendo afiliadas en comunidades alrededor del país, y convirtiéndose en uno de los principales defensores en la lucha por los derechos reproductivos.

Victorias y violencia

La expansión del derecho al aborto en la década de 1970 provocó una feroz reacción por parte de quienes se oponían al aborto legal y seguro en las décadas de 1980 y 1990, con trágicas consecuencias.

Los extremistas organizaron campañas de intimidación de pacientes y cometieron actos de violencia, incluyendo asesinatos, contra proveedores de servicios de aborto, así como atentados con bombas e incendios provocados en los centros de salud.

Además, los oponentes al aborto empezaron a ganar una fuerte influencia política. Las presidencias de Reagan y de H.W. Bush lograron limitar muchísimo la expansión del movimiento de los derechos reproductivos a través del tiempo.

En 1992, la Corte Suprema defendió el derecho constitucional al aborto, pero permitió que los estados establecieran sus propias limitaciones al aborto. El caso Planned Parenthood vs. Casey permitió a los estados poner límites al aborto, como establecer periodos de espera obligatorios de más de 24 horas, que hicieron más difícil que los pacientes pudieran tener acceso a servicios de aborto.

Durante este tiempo, se aprobaron leyes que restringían el uso de los fondos federales a los proveedores de salud y a las organizaciones que brindaban información sobre el aborto a sus pacientes, incluyendo la Ley "mordaza" del Título X y la “Política de la Ciudad de México” o la “Ley Mordaza Global” (links disponibles en inglés).  

En 1993, la administración de Bill Clinton revocó estas normas, pero no fue la última vez que el mundo sufriría la ley mordaza global. 

Sin embargo, a lo largo de estos tiempos difíciles, Planned Parenthood se mantuvo firme en su compromiso con todas las personas y en su visión de un mundo sin barreras para la atención de la salud sexual y reproductiva. 

En 1987, Planned Parenthood empezó a ofrecer pruebas del VIH gratuitas o a bajo costo en comunidades alrededor del país. En 1989, millones de personas se manifestaron en Washington, DC, en apoyo de los derechos reproductivos. Ese mismo año, la presidenta de Planned Parenthood Federation of America, Faye Wattleton, fundó el Planned Parenthood Action Fund, una organización 501(c)(4) para participar en campañas de educación pública, campañas de organización comunitaria y actividades legislativas y electorales.

A lo largo de la década de 1990, Planned Parenthood y otros expertos en salud reproductiva defendieron con éxito la aprobación por la FDA de nuevos métodos anticonceptivos efectivos como la inyección anticonceptiva, el anillo, el parche y el implante anticonceptivo. En 1999, la FDA aprobó la pastilla anticonceptiva de emergencia Plan B, y Planned Parenthood comenzó a trabajar para estuviera disponible en sus centros de salud y educar al público sobre este anticonceptivo de emergencia, también conocido como la "pastilla del día después".

En 1996, Planned Parenthood lanzó el sitio web www.plannedparenthood.org, con el fin de brindar información experta y confiable sobre salud sexual y reproductiva que estuviera al alcance de todas las personas. Hoy en día, cada año alrededor de 200 millones de personas acceden a Planned Parenthood a través de Internet.

Un nuevo milenio, un segundo siglo

Al finalizar la década de los 90, los avances científicos en materia de salud sexual y reproductiva aumentaron rápidamente y el siglo XXI comenzó con la promesa de ampliar las opciones de métodos anticonceptivos y del acceso al aborto legal y seguro.

En el año 2000, la FDA aprobó la mifepristona, conocida como aborto con medicamentos o pastillas abortivas, tras varios años de retrasos debidos a la oposición política. Los centros de salud de Planned Parenthood pudieron entonces ofrecer otra opción segura y eficaz a quienes necesitaran servicios de aborto.

En 2005, la primera afiliada de Planned Parenthood empezó a ofrecer terapia de reemplazo hormonal (HRT por sus siglas en inglés) a personas transgénero. En 2006, se aprobó la vacuna contra el papiloma humano y los centros de salud de Planned Parenthood en todo el país empezaron a ofrecer este método de prevención del cáncer que salva vidas. Ese mismo año, la pastilla anticonceptiva de emergencia Plan B estuvo disponible para la venta sin receta médica para personas mayores de 18 años (en 2013, Plan B y marcas similares pasaron a ser de venta libre para personas de todas las edades). 

Pero estos avances se vieron atenuados por un clima político cada vez más hostil a los avances de la salud reproductiva. El gobierno de George W. Bush reinstauró la ley mordaza global, impulsó a los opositores al aborto al aprobar una prohibición de un procedimiento de aborto en etapas avanzadas que rara vez se usa y trabajó para establecer un nuevo estatus legal para los embriones congelados. También aumentó la financiación de los programas de "solo abstinencia", lo que dejó a los estudiantes de todo el país sin la posibilidad de acceder a información confiable y médicamente precisa sobre salud sexual.

En 2009, la administración de Obama revocó la ley mordaza global y reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la salud sexual y reproductiva en el país y en el mundo. Posteriormente, el presidente Trump restableció la ley mordaza durante su presidencia y Biden la revocó en noviembre de 2021. El daño causado por la ley mordaza de Trump fue significativo y redujo el número de personas atendidas en el programa de más de 4 millones en 2017 a 1.5 millones en 2020.

En 2010, con la aprobación de la Ley del Cuidado de Salud Asequible (Affordable Care Act), se amplió el acceso a los seguros de salud permitiendo que más personas recibieran la atención médica que necesitaban. La ley incluye una disposición que exige que los planes de seguro cubran los anticonceptivos y los servicios de atención preventiva, como las pruebas de detección del cáncer y las pruebas de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Planned Parenthood ha trabajado para educar a más de 300,000 personas sobre la nueva ley del seguro médico, ayudándoles a obtener cobertura.

Tras años de restricciones estatales al aborto, en 2016 la Corte Suprema dictaminó en el caso Whole Woman's Health vs. Hellerstedt, que los estados no podían crear normas que supusieran una "carga indebida" para las personas que buscan abortar. Esto fue una victoria para quienes están a favor del aborto seguro y legal.

Sin embargo, en los años siguientes, nuevos jueces de la Corte Suprema con valores diferentes eliminaron estas protecciones.

La Corte Suprema permite a los estados prohibir el aborto

Uno de los primeros indicios de que la Corte Suprema de EE.UU. permitiría a los estados prohibir el aborto fue su reacción a una prohibición casi total del aborto en Texas, la S.B. 8, que entró en vigencia el 1 de septiembre de 2021.

Esta ley prohibió el aborto alrededor de las 6 semanas de embarazo y permitió que personas de todo el país demandaran a cualquier persona que ayudara a alguien en Texas a abortar después de las 6 semanas, incluyendo proveedores médicos, parejas, amigxs, familiares o voluntarixs de los fondos para el aborto. La ley obliga a los tribunales a dar a la persona que demanda al menos $10,000 dólares por daños y perjuicios.

La Corte Suprema de EE.UU. se negó a bloquear la S.B. 8 de Texas en numerosas ocasiones y finalmente dictaminó que los tribunales federales no pueden bloquear este tipo de leyes aplicadas por los ciudadanos, a pesar de que atenten directamente contra los derechos constitucionales establecidos en ese momento.

Después, el viernes 24 de junio de 2022, la Corte Suprema dictó sentencia en el caso Dobbs vs. Jackson Women's Health Organization, anulando el caso Roe vs. Wade y poniendo fin al derecho constitucional federal al aborto. Algunos estados se apresuraron a prohibir total o parcialmente el aborto, poniendo tanto a las personas como a los proveedores en una nueva y devastadora realidad.

Desde 2017 Planned Parenthood se había estado preparando para este momento, y había implementado planes para maximizar el número de pacientes que podrían recibir atención y para poder ofrecer información a todas las personas que la necesitaran a medida que el acceso al aborto cambiaba rápidamente. Planned Parenthood está concentrado en aumentar la capacidad de las afiliadas en los estados donde el aborto es legal para poder apoyar a las personas que se ven obligadas a viajar para recibir servicios de aborto, y en ampliar los servicios de orientación para pacientes (en inglés, patient navigation services). 

En abril de 2023, en otro ataque al acceso a los servicios de aborto, un juez federal de Texas falló a favor de las organizaciones antiabortistas que demandaron a la FDA para revertir su autorización de la mifepristona, un medicamento seguro y usado comúnmente para el aborto con medicamentos. La mifepristona fue aprobada hace más de 20 años. Si la Corte Suprema hubiera fallado a favor de las organizaciones antiabortistas, la mifepristona hubiera tenido que salir del mercado todos los estados. Sin embargo, la Corte Suprema emitió una suspensión que, por el momento, protege el acceso a este medicamento esencial.

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