A mi novio le gusta usar juguetes anales, ¿debería preocuparme?

Alguien nos preguntó: A mi novio le gusta usar juguetes anales, ¿debería preocuparme?

Disfrutar y sentir placer estimulando cualquier parte de tu cuerpo es normal, saludable y deseable. ¡Bien por tu novio! 

Dicho esto, no eres la única persona que se pregunta si “está bien” que a un hombre heterosexual le guste el sexo anal. Es una pregunta muy común, y últimamente hemos recibido varias similares: ¿Si me gusta el sexo anal soy gay? Me encanta el sexo con mujeres y también usar dildos en el ano, ¿esto me hace gay? Si pruebo el sexo anal, ¿me haré gay?

Para despejar cualquier duda, una cosa es que sientas placer estimulando una zona de tu cuerpo (por ejemplo el ano), y otra que, si eres un hombre heterosexual, esto haga que automáticamente te atraigan sexualmente otros hombres. Que te guste “x” cosa no te hace ni te hará gay, solo quiere decir que disfrutas tu cuerpo. 

Imagina el caso contrario. Es como si pensáramos que porque una mujer (a quien le gusta el sexo con hombres) disfruta el sexo oral quiere decir que es lesbiana. Not really! Y aunque puede suceder que alguien descubra que le gusta el sexo con personas de su mismo sexo, esto en realidad no tiene mucho que ver con qué partes de su cuerpo disfruta y cómo.

Muchas personas disfrutan el sexo anal, sin importar su género ni su orientación sexual. Lo que pasa es que hay muchos tabúes y estigma alrededor del placer sexual, y en este caso en particular, alrededor del placer anal de los hombres hetero. Todo esto contribuye a que creamos que es "raro" o está “mal” que un hombre disfrute el sexo anal, también a que lo rechacemos, le temamos, no lo aceptemos, entre otras…

No hay nada que temer. Dar y darte el permiso de disfrutar tu cuerpo y el sexo es algo bueno y saludable. Y hacerlo con tu pareja puede ayudar a mejorar tu relación, a que disfruten más del sexo juntxs, a que aumente la confianza y a construir un espacio seguro y basado en el consentimiento, donde ambxs puedan explorar qué les gusta y qué no. Y la base de todo esto es cultivar una comunicación abierta, honesta, respetuosa y sin juicios.